- Vecinos de Madrid exigen que la futura tasa de residuos no aumente el peso en el bolsillo de los ciudadanos
- Vecinos de Madrid exigen que la tasa de residuos no aumente el peso en el bolsillo de los ciudadanos
- La FRAVM propone una tasa de residuos progresiva y una reducción del IBI
- Vecinos y asociaciones exigen un modelo de gestión de residuos sostenible y eficiente
- La nueva tasa de residuos: un impuesto más para los ciudadanos o una oportunidad para cambiar la gestión de los residuos en Madrid?
Vecinos de Madrid exigen que la futura tasa de residuos no aumente el peso en el bolsillo de los ciudadanos
En el marco de la reforma del sistema de gestión de residuos en la ciudad de Madrid, los vecinos de la capital española están manifestando su preocupación por el posible aumento del costo que conlleva la futura tasa de residuos. La inquietud ciudadana se centra en que este nuevo sistema no aumente el peso en el bolsillo de los contribuyentes, ya que la actual situación económica es delicada para muchos hogares. Los residentes de Madrid reclaman que se busquen soluciones más sostenibles y justas para todos, y no se carguen los gastos extras a los ciudadanos. En este sentido, se están organizando diferentes iniciativas para exigir al gobierno municipal que escuche la voz de los ciudadanos y busque una solución que beneficie a todos.
Vecinos de Madrid exigen que la tasa de residuos no aumente el peso en el bolsillo de los ciudadanos
La Federación de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) ha propuesto que la nueva tasa de residuos sea progresiva, con una bajada equivalente del IBI y, en lugares como la capital, una tasa turística que ayude a sufragar la recogida y tratamiento de residuos.
La FRAVM propone una tasa de residuos progresiva y una reducción del IBI
En una tabla de 7 medidas, la FRAVM también propone modificar la ley estatal para equiparar las cuantías que se pagan por la basura enviada a vertedero y a incineración, con el fin de no incentivar este peligroso método.
Vecinos y asociaciones exigen un modelo de gestión de residuos sostenible y eficiente
Ante la nueva tasa que todos los municipios están obligados a implantar en abril de 2025, la FRAVM reclama que aquella no suponga un gasto extra para las familias, especialmente para las que tienen rentas más modestas.
La implantación de la nueva tasa debe ir acompañada de reducciones equivalentes en el IBI, el impuesto que la mayor parte de ayuntamientos madrileños usa para sufragar la recogida y tratamiento de residuos. No hacerlo supondría un gasto extra para la vecindad de no menos de 150 euros anuales sin una contrapartida justa.
La nueva tasa de residuos: un impuesto más para los ciudadanos o una oportunidad para cambiar la gestión de los residuos en Madrid?
La FRAVM defiende la incorporación en el reglamento de la nueva tasa de instrumentos de progresividad fiscal, contemplando exenciones totales o parciales para las rentas más bajas. Habida cuenta de que todos los estudios que relacionan renta con generación de residuos nos dicen que a mayor renta, mayor generación de residuos, no debería ser muy difícil establecer la necesaria progresividad fiscal en la tasa.
Además, la Federación Vecinal sugiere la creación de una tasa turística para el municipio de Madrid que podría ser parte de la pretendida Ley de capitalidad. Su recaudación podría tener un carácter finalista para inversiones en protección del patrimonio, medio ambiente urbano y medio natural, seguridad y, claro está, en gestión de residuos.
Según la memoria del Parque Tecnológico de Valdemingómez (PTV) de 2023, en ese año visitaron la ciudad “10,6 millones de turistas que permanecieron en Madrid una media de 2,1 pernoctaciones, equivalentes a 60.986 habitantes permanentes”.
Atendiendo a estos datos, podemos calcular que habrían generado, al menos, 18.904,44 toneladas de RSU (Residuos Sólidos Urbanos), el 1,56% del total los tratados en el PTV en 2023. Siendo relevante la cantidad, lo es aún más su baja calidad, ya que los residuos generados por la actividad turística se ubican mayoritariamente en la fracción resto, de difícil separación y tratamiento, lo que encarece su gestión. Parece más que justificado que los turistas que visitan la capital contribuyan al mantenimiento de su sistema de gestión de residuos.
Por otro lado, la organización vecinal propone diversos cambios en la propia norma que incluye la creación de la nueva tasa, la Ley 7/2022. Esta ley establece en su capítulo II la regulación de un impuesto para los ayuntamientos sobre el depósito de residuos en vertederos, la incineración y la coincineración de residuos con cuantías diferentes, hasta el punto que la tasa para el vertido (40 €/tn) es el doble que la de incineración (20€/tn).
«Esto solo puede provocar que los municipios vuelvan la mirada al sistema de destrucción de residuos por incineración, que desde 2017 ya no recibe subvenciones de la Comisión Europea por su peligrosidad para la salud y su incapacidad para contribuir a una verdadera economía circular. Por tanto, entendemos que las tasas deben equipararse para enviar un mensaje claro de que tanto una como otra deben minimizarse al máximo», argumentan.
En este punto, la Federación Vecinal recuerda su histórica demanda de clausura de la «obsoleta y peligrosa Incineradora de Valdemingómez, un anhelo que debería materializarse antes de que finalice el actual mandato municipal. ¿Qué sentido tiene incentivar un sistema de tratamiento de residuos caduco y poco eficiente como la incineración a partir de una ley que lo que busca es reducir la generación de residuos y el impacto de su tratamiento en la salud y el medio ambiente?
A lo largo de su historia, la FRAVM y sus asociaciones han protagonizado , que golpeaban especialmente a la población con menos recursos. Si nuestros ayuntamientos aprueban la nueva tasa sin compensaciones, mecanismos correctivos o de progresividad fiscal, se encontrarán, de nuevo, con la oposición del movimiento vecinal, un movimiento que en materia de residuos lleva muchos años defendiendo un modelo basado en la reducción en origen, la recogida separada, la reutilización y el reciclaje, que elimine el uso de métodos como la incineración y reduzca a la mínima expresión el depósito en vertederos.
El documento de la FRAVM sobre la nueva tasa de basura contempla otras propuestas además de las citadas. Todas ellas se pueden resumir en las siete siguientes:
- Reducción del IBI. La creación o actualización de las tasas municipales sobre los residuos sólidos urbanos (RSU) deben ir acompañadas de reducciones equivalentes en el IBI.
- Progresividad fiscal. La tasa de RSU debe ser progresiva, incluyendo casos de exención parcial o total para las familias de rentas más bajas.
- Implantación de una tasa turística en la ciudad de Madrid, de la que una parte debe contribuir al mantenimiento sistema de gestión integral de los RSU.
- Cierre de la Incineradora de Valdemingómez. La tasa de RSU no puede contribuir a la permanencia de esta contaminante instalación, que debería dejar de funcionar en el actual mandato municipal.
- Modificación de la Ley 7/2022 para igualar los impuestos al vertido y a la incineración o, al menos, establecer una diferencia no superior al 20%.
- Modificación de la Ley 7/2022 para equiparar las obligaciones de los municipios de menos de 5.000 habitantes en sintonía con la LRBRL.
- Transferencias de lo recaudado sin demoras. El Estado debe articular con celeridad la transferencia de lo recaudado a las comunidades autónomas y éstas, a su vez, a las mancomunidades y municipios para que lo inviertan en sistemas apropiados de gestión de RSU, distintos de la incineración.
Esperamos que estas propuestas sean tenidas en cuenta por los responsables políticos y que se logre implementar un modelo de gestión de residuos sostenible y eficiente en Madrid.
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