Recientemente, el 61% de los españoles aseguran haber experimentado un problema de salud mental. Esta impactante revelación pone de manifiesto la magnitud de la crisis de salud mental que enfrenta la sociedad actual. El estudio realizado revela que más de la mitad de la población en España ha enfrentado dificultades relacionadas con su bienestar psicológico, lo cual subraya la importancia de abordar esta problemática de manera urgente y efectiva. Factores como el estrés, la ansiedad y la depresión parecen estar afectando a un número significativo de individuos, lo que requiere una atención especial por parte de las autoridades sanitarias y la sociedad en su conjunto. Es fundamental tomar medidas concretas para garantizar el bienestar emocional y mental de la población, así como destinar recursos adecuados para la prevención y tratamiento de los trastornos mentales.
Preocupante: % de españoles experimenta problemas de salud mental según encuesta OCU
Los resultados de una encuesta a 2.061 personas de entre 18 y 79 años realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) confirman la notable incidencia de problemas de salud mental entre los españoles: el 61% de los encuestados afirman sufrir o haber sufrido algún tipo de malestar psicoemocional en los últimos tres años. Un malestar que aqueja con más frecuencia si cabe a los menores de 36 años con problemas económicos y familiares.
OCU urge a mejorar acceso a tratamiento psicológico ante alta incidencia de malestar
Entre los principales problemas de salud mental señalados, el más habitual es el estrés (42%), seguido de los problemas de sueño (39%), la ansiedad generalizada (31%), la depresión (24%), la inestabilidad emocional (23%) y los ataques de pánico o fobias (15%); y, en menor medida, las adicciones (5%) y los trastornos alimentarios (4%).
A menudo son motivadas o aceleradas por experiencias vitales externas: un 63% de los que sufrieron la pérdida de un ser querido afirmaron que pasar por dicha experiencia tuvo un impacto alto en la salud mental. Los problemas económicos (52%), de salud (48%), el desempleo (45%) y los conflictos de pareja (34%) o familiares (33%) son otras contingencias de la vida que pueden impactar en la salud mental percibida.
Poco más de la mitad de las personas que afirman sufrir o haber sufrido recientemente algún malestar psicoemocional buscó tratamiento o ayuda. La más habitual fue la farmacológica (68%), pero a menudo también la psicológica (58%). Es habitual que la ayuda farmacológica y psicológica se extiendan a periodos superiores a los dos años, especialmente cuando hablamos de la medicación, donde un 43% afirma haber estado recibiendo tratamiento con medicamentos por dos años o más.
En el caso de la terapia psicológica un 27% ha estado por 2 o más, pero más llamativo nos resulta que un 30% de los que abandonaron el tratamiento psicológico adujo como razón el alto precio. Y es que no siempre es fácil acceder a este servicio en la sanidad pública.
OCU considera que hay que seguir impulsando la atención de los problemas de salud mental, especialmente desde la sanidad pública y más en concreto desde Atención Primaria. No solo porque es eficaz, también porque rebaja la presión a los médicos de familia, que a menudo tienen que atender este tipo de problemas al no contar con psicólogos clínicos en el mismo centro; de hecho, carecen de ellos los servicios de salud de Aragón, País Vasco, Extremadura y las dos Castillas.
Su servicio evita además la sobre medicación y la cronificación del problema. Más cuando las propias guías de práctica clínica apuntan que los trastornos comunes con cuadros leves y moderados de ansiedad, depresión, insomnio o estrés podrían resolverse con terapia psicológica y, en principio, sin necesidad de tratamiento farmacológico.
En definitiva, OCU insta a las comunidades autónomas a incluir o reforzar la asistencia psicológica en la carta de servicios comunes de Atención Primaria, así como a mejorar la disponibilidad de psicólogos en los servicios hospitalarios y allí donde su presencia puede tener efectos notables en la mejora de la salud mental, como en los centros de mayores, educativos o de atención de dolencias mentales graves.
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