En la actualidad, surge una tendencia preocupante entre los jóvenes: la vulnerabilidad ante la oferta de criptomonedas a cambio de datos personales tan sensibles como el iris. Este peligroso fenómeno plantea interrogantes éticos y de seguridad, pues la exposición de información tan íntima puede acarrear consecuencias irreversibles. La seducción de ganancias rápidas y el desconocimiento de los riesgos asociados a la exposición de la biometría ocular son factores que alimentan esta práctica de moda que, lejos de brindar beneficios, puede desencadenar graves problemas de privacidad y suplantación de identidad. Es fundamental concienciar a la sociedad, especialmente a los jóvenes, sobre los peligros latentes detrás de esta tendencia, promoviendo la reflexión y la protección de la intimidad personal en la era digital.
La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) está investigando a la empresa Worldcoin, la cual ofrece criptomonedas a cambio de información personal del iris. Este método de obtención de datos ha generado alertas sobre la privacidad y seguridad de los ciudadanos.
Worldcoin ha instalado escáneres de iris en Madrid y otras ciudades, ofreciendo 70 euros en criptomonedas a aquellos que proporcionen una imagen de su iris. Aunque el iris contiene información única y confiable, ceder esta información a terceros puede derivar en riesgos de privacidad y seguridad, ya que la empresa no especifica el uso que dará a los datos recopilados.
La Federación de Consumidores y Usuarios (CECU) ha advertido sobre los posibles usos inadecuados de los datos del escaneo de iris, así como el aumento del riesgo de seguimiento y vigilancia para los individuos. La elección de este método de identificación plantea preocupaciones sobre la exposición de información personal sensible sin consentimiento.
Worldcoin, fundada en 2019 por Sam Altman, está siendo investigada por ofrecer servicios financieros en Alemania sin las autorizaciones correspondientes. Esta empresa busca crear una red financiera global basada en pruebas de personalidad, según su fundador.
En un contexto donde Apple, Google y Microsoft buscan implementar métodos alternativos a las contraseñas, como el reconocimiento facial o la huella dactilar, la controversia en torno al uso del iris como método de identificación resalta la importancia de proteger la privacidad y los datos personales de los usuarios en el entorno digital.
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