En una inusual y emocionante competencia, el reconocido piloto de Fórmula 1 Pedro de la Rosa y un experimentado maquinista de Renfe se enfrentarán en una carrera a alta velocidad, desafiando los límites de la velocidad y la destreza. Este singular evento promete captar la atención de los amantes de la adrenalina y la competición. De la Rosa, con su vasta experiencia en los circuitos más exigentes del mundo, se verá cara a cara con un maquinista especializado en la precisión y seguridad del transporte ferroviario. El desafío entre estos dos expertos en diferentes disciplinas promete ser un espectáculo único que pondrá a prueba sus habilidades y su capacidad para manejar la velocidad de forma magistral. Sin duda, esta confrontación promete ser un evento inolvidable que mantendrá a todos en vilo hasta el último segundo.
Pedro de la Rosa y un maquinista de Renfe compiten en el #Retokph
El reconocido piloto de Fórmula 1, Pedro de la Rosa, y el experimentado maquinista de Renfe, Carlos Lambas, se han enfrentado hoy en el #Reto300kph, un emocionante desafío entre dos profesionales de la velocidad. Dos simuladores, uno de trenes y otro de coches, fueron los escenarios en los que ambos contendientes demostraron su destreza como local y visitante.
La competencia comenzó en las instalaciones de la Escuela de Formación de Renfe en Madrid, donde se imparten los cursos para maquinistas de la compañía. Allí, el piloto de F1 fue recibido por el director general de Organización y Talento, Lucas Calzado.
Tras la experiencia, De la Rosa expresó: “Ha sido una experiencia increíble que me ha ayudado a entender mejor el trabajo de los maquinistas, por eso desde hoy puedo decir que los admiro mucho más. No me imaginaba que conducir un tren tuviera tanta dificultad, pero la verdad es que me he divertido muchísimo y me ha parecido que es una profesión apasionante y de un gran futuro”.
Sobre el asfalto virtual
Posteriormente, Pedro de la Rosa y Carlos Lambas se trasladaron a los simuladores de conducción de Racing Unleashed en Alcobendas, donde, luego de una breve explicación por parte del piloto, se subieron a sus respectivos monoplazas para continuar el desafío en el asfalto virtual.
El resultado del desafío pasó a un segundo plano; lo fundamental, en este caso, fue mostrar el valor pedagógico de los simuladores de conducción y hacer realidad, al menos en el universo virtual, la carrera soñada por muchos aficionados entre las dos referencias de la alta velocidad: el AVE y la Fórmula 1.
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