La ciudad de Guadalajara se ve actualmente enfrentando un brote preocupante de tosferina, con más de 500 casos reportados en las últimas semanas. A pesar de la magnitud de esta situación, autoridades de salud han confirmado que ninguno de los casos ha evolucionado a un estado grave. Esta noticia, aunque alarmante, brinda un rayo de esperanza al conocer que hasta el momento no se han registrado complicaciones severas a causa de esta enfermedad. Es fundamental mantener un monitoreo constante de la situación y seguir las recomendaciones de prevención emitidas por las autoridades sanitarias para contener la propagación de la tosferina en la región.
Brote de tosferina en Guadalajara: Más de 500 casos sin gravedad
El brote detectado a principios de febrero sigue sin control, aunque continúa realizándose el seguimiento epidemiológico de los casos.
La provincia de Guadalajara registra ya más de 500 casos de tosferina tras el brote detectado el pasado mes de febrero, que todavía no está controlado. La mayoría de los casos corresponden a niños y la buena noticia es que no hay ninguna persona grave ni ingresada en el hospital.
Así lo ha confirmado hoy el consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, Jesús Fernández, quien ha indicado que continúa realizándose el seguimiento epidemiológico de los casos y aplicando el tratamiento correspondiente.
«No podemos decir que el brote esté controlado, pero no está teniendo consecuencias importantes para la salud», ha dicho el consejero en la inauguración del XVI Congreso de la Sociedad Castellano-Manchega de Patología Respiratoria celebrado en Guadalajara.
El brote fue detectado en el ámbito escolar con 124 afectados en un primer momento, en su mayoría niños. En todos los casos se realizó estudio de contacto (familiares, escolares y extraescolares), y se recomendó aplicar quimioprofilaxis y completar vacunación si procediera.
Sanidad informó en ese momento que la tosferina es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Bordetella pertussis, que es muy contagiosa por vía respiratoria y supone un grave riesgo para la vida de los lactantes si no están vacunados.
La infección puede ser grave en los casos de lactantes no vacunados, personas inmunodeprimidas y mujeres embarazadas. Sus síntomas se desarrollan en dos fases y la primera suele durar una o dos semanas.
En esta primera fase puede confundirse fácilmente con un resfriado u otras infecciones respiratorias, ya que causa congestión nasal, fiebre baja y tos leve ocasional. A partir de la segunda semana es cuando pueden aparecer los síntomas más graves, especialmente ataques de tos rápidos, violentos e incontrolables.
Sanidad apuntó que los expertos han comprobado un aumento de los casos de tosferina tras la pandemia de la Covid-19, un incremento registrado tanto en España como en el ámbito internacional, e insistió en la importancia de la vacunación como estrategia clave.
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