El presidente del Tribunal Superior de Cataluña ha generado controversia al afirmar que la amnistía no es un elemento de pacificación sino de discordia. Sus declaraciones han causado un debate en la sociedad catalana, donde algunos sectores abogan por la reconciliación a través de la amnistía, mientras que otros consideran que esta medida puede generar más división y conflictos. La postura del presidente del Tribunal Superior de Cataluña pone de manifiesto las diferencias de opiniones en torno a la amnistía como herramienta para resolver los conflictos políticos en la región. Este pronunciamiento abre el diálogo sobre las posibles implicaciones de la amnistía en el proceso de pacificación y reconciliación en Cataluña.
Presidente del TSJC: la amnistía genera discordia, no pacificación
El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), Jesús María Barrientos, ha advertido de que la ley de amnistía nunca podrá ser esgrimida como elemento de pacificación, sino de discordia. Lo ha dicho este lunes en la toma de posesión de jueces de la 72 Promoción de la Escuela Judicial, con la consellera de Justicia de la Generalitat, Gemma Ubasart; la vocal del Consejo General del Poder Judicial Núria Díaz y el fiscal superior de Cataluña, Francisco Bañeres.
Advierten que ley de amnistía puede causar conflictos en Cataluña
Una ley que privilegia a unos pocos frente al conjunto de la ciudadanía nunca podrá ser esgrimida como elemento de pacificación, sino de discordia, como se evidencia en los debates académicos suscitados por la llamada ley de amnistía, ha afirmado Barrientos. Ha advertido de que los jueces deben asegurar la aplicación efectiva de las leyes en plano de igualdad, sin excepciones ni privilegios, en definitiva, sin espacios de impunidad, que comprometerían el carácter general de toda ley.
Jueces del TSJC: Ley de amnistía no promueve pacificación
Por eso, considera que las leyes en beneficio exclusivo de algunos excepcionan la aplicación de otras leyes que siguen vigentes y son de aplicación inexorable para la generalidad de la ciudadanía. Ha advertido de que una sociedad democrática solo puede aspirar a una convivencia ordenada desde el respeto al ordenamiento constitucional y el sometimiento de todos al imperio de la Ley.
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