En un sorprendente hallazgo durante la rutinaria limpieza del histórico estanque de Alcalá de Henares, se descubrieron más de una decena de patinetes eléctricos sumergidos en sus aguas. Este insólito suceso ha generado asombro entre los ciudadanos y las autoridades locales, quienes se encuentran investigando el origen y la razón por la cual estos modernos aparatos de movilidad personal fueron arrojados al emblemático estanque. La preservación de este espacio histórico ha sido comprometida por la presencia de estos objetos inusuales, lo que plantea importantes interrogantes sobre el respeto al patrimonio cultural y la responsabilidad ambiental. Las labores de limpieza se han detenido temporalmente mientras se llevan a cabo las indagaciones pertinentes, en un intento por esclarecer este enigma que ha capturado la atención de la comunidad alcalaína.
Hallan más de una decena de patinetes eléctricos en histórico estanque de Alcalá
El Ayuntamiento de Alcalá de Henares ha finalizado los trabajos de limpieza integral en el estanque del Parque de Gilitos con la retirada de un importante depósito de residuos que habían quedado sumergidos en el fondo y una limpieza de todo su perímetro. Las Concejalías de Medio Ambiente y Obras y Servicios han coordinado esta importante actuación con un presupuesto en torno a los 15.000 euros, optimizando las condiciones del estanque del que ya disfruta una población piscícola que supera los 200 ejemplares.
Entre los objetos retirados del interior de la alberca destaca la presencia de más de una decena de patinetes eléctricos, baterías de coches, impresoras, radiocasetes, carros de bebé, vallas metálicas, un carro de barrendero, bancos del parque y señales de tráfico, así como escombros y otros enseres, como juguetes.
El concejal de Medio Ambiente y Patrimonio, Vicente Pérez, acompañado por el concejal de Obras y Servicios, Antonio Saldaña, ha indicado que «desde el Ayuntamiento se realiza una apuesta por la mejora y adecuación de estos espacios históricos de la ciudad, apelando a la responsabilidad y buen uso de los mismos con el fin de su disfrute, tanto por su valor cultural y patrimonial, como por su condición de infraestructura verde y refugio de peces y otros animales».
En esta línea, Pérez ha realizado un llamamiento para la preservación de este espacio porque «combina dos aspectos muy importantes, el medioambiental y el patrimonial, con un estanque del convento de Gilitos que en el momento de la Desamortización ya aparece referenciado, en la década de 1840, y que se alimenta de agua de un elemento histórico que es un viaje de agua».
Finalizan trabajos de limpieza en estanque de Gilitos en Alcalá de Henares
El estanque cuenta con unas dimensiones de 19 metros de largo, 12 metros de ancho y 3 metros de profundidad, con capacidad de aproximadamente 680 metros cúbicos de agua, que se han nutrido desde el viaje del agua con el que cuenta este espacio.
Los orígenes de este emblemático espacio nos llevan al centro sociocultural Gilitos, en lo que fue el Antiguo Convento del Santo Ángel de la Guarda o de Los Gilitos, que había sido fundado en 1586 por D. Diego de Vargas para Franciscanos Descalzos sobre lo que había sido una ermita al Ángel de la Guarda. La falta de rentas dio lugar a que en 1625 Doña Catalina de Mendoza se hiciera cargo de su patronazgo, financiando una nueva fábrica de convento e iglesia capaz de albergar con dignidad a los frailes de esta fundación.
El viaje del agua de Gilitos es una infraestructura subterránea que ha suministrado el agua al estanque de este espacio. Los viajes de agua son galerías subterráneas construidas para recoger el agua de lluvia acumulada en las capas de tierra permeable, más superficial, situadas sobre otras no permeables.
Las investigaciones llevadas a cabo hasta el momento han dado como resultado la constatación de la existencia de varios viajes de agua en Alcalá, como el de Gilitos o del Santo Ángel de la Guarda. Éste presenta un desarrollo horizontal de más de 2 kilómetros y muchas de sus galerías se encuentran embalsadas.
La descripción de la venta informa de la presencia del estanque ya en el siglo XIX, así como de la existencia de las minas que se corresponden con el viaje de Agua de Gilitos, que aún hoy alimenta el estanque. Por tanto, se puede decir que la alberca pertenece al convento y cuenta con al menos 200 años de antigüedad, presentando una gran riqueza patrimonial y ambiental.
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