En un reciente fallo judicial, se ha dictaminado la condena a 4 años de cárcel para un policía de Madrid por filtrar información a amigos, entre ellos, la dueña del club de alterne que frecuentaba. Esta sentencia pone de manifiesto la gravedad de las acciones cometidas por el agente, quien abusó de su posición de autoridad para transgredir la confidencialidad de los datos resguardados por la ley.
La relación inapropiada entre el policía y la dueña del club de alterne ha generado un escándalo en la opinión pública, evidenciando la necesidad de reforzar los mecanismos de control y ética en las fuerzas del orden. Este caso subraya la importancia de mantener la integridad y la imparcialidad en el ejercicio de la labor policial, así como de sancionar enérgicamente cualquier desviación de conducta que atente contra la seguridad y la confianza de la ciudadanía.
Inspector de Policía de Madrid condenado por filtrar información a dueña de club de alterne
La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a 4 años y 3 meses de cárcel a A. P. C., un inspector de Policía Nacional destinado en Madrid. Este funcionario se dedicaba a consultar sin permiso las bases de datos policiales para trasladar la información a amigos que así se lo habían pedido, incluyendo la dueña de un club de alterne en San Fernando de Henares.
El inspector ha sido condenado por un delito de infidelidad en la custodia de documentos y violación de secretos. Además, se le impone una multa de 21 meses con una cuota diaria de 8 euros, la inhabilitación absoluta por 9 años y el abono de las costas procesales ocasionadas.
Según el escrito de acusación de la Fiscalía, A. P. C. procedió sin autorización a realizar hasta 1.339 consultas a las bases de datos policiales con fines particulares para facilitar la información a sus amigos, recibiendo dinero y regalos a cambio. Desde el 25 de octubre de 2019 al 18 de diciembre de 2019, el acusado efectuó 153 consultas sin justificación, divulgando la información a terceras personas ajenas al servicio policial.
Por ejemplo, a petición de una amiga dueña de un club de alterne que él frecuentaba, realizó consultas sobre denuncias de violencia de género, antecedentes policiales y ficha de la ex pareja de la amiga. En otra ocasión, se reunión con una amiga abogada en su despacho, donde realizó 26 consultas que afectaban a datos personales de la letrada y de un abogado vinculado con la operación policial denominada “El Bloque”.
El acusado también llevó a cabo consultas en las bases policiales a petición de distintos amigos, relacionadas con datos personales, antecedentes policiales o de vehículos.
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